En el traspatio del cielo, las imágenes juegan -horas y horas- a recorrer los colores desplegados en la piel del cielo, en las anaranjadas acacias, en los colores galopantes en la pupila de la madre. El niño protagonista del poema sentencia que el suceso más esperado es el retorno trenzado de la amada hermana para los juegos de la tarde.

Estos versos les recordarán, a ustedes -jóvenes lectores- que el cielo de la casa, de la esquina, del campo del barrio, atesoraba todo lo que esperaban de la vida.